1- ¿CÓMO DISCERNIR LA VERDAD ? Primera parte.http://www.laibi.org/audio/DAF/16-20100307.mp32- ¿CÓMO DISCERNIR LA VERDAD ? Segunda parte.http://www.laibi.org/audio/DAF/17-20100314.mp33- ¿CÓMO DISCERNIR LA VERDAD ? Tercera parte.http://www.laibi.org/audio/DAF/18-20100321.mp3
La civilización moderna ha sido definida como una cultura postmodernista, lo cual quiere decir que también hubo una llamada modernista y sí que la hubo.
El postmodernismo ha sido definido como una filosofía de vida con múltiples manifestaciones que tiene su origen en un desencanto con el pasado, al cual cuestiona, rechaza y hasta desafía y lleva a ésta generación a rebelarse, creando así entonces sus propias reglas, normas y principios.
Esa es la generación de nuestros días, la cual mira hacia el pasado y dice: ésto no me sirve, no funciona, no aplica, no me motiva. Lo que el postmodernista no entiende es que su desencanto no es con el pasado, no está fuera de él, está dentro de él. Por eso es que encontramos tanta experimentación con cosas raras y extrañas hoy en día aceptadas como buenas y válidas. Luego, cada vez que pruebo otra cosa rara y extraña, permanezco desencantado, lo que me lleva a probar con la próxima y no nos damos cuenta entonces que el desencanto realmente está dentro de mi. Es precisamente ese desencanto lo que me lleva continuamente a cambiar de móvil, de ordenador, de coche, de estilos, de moda, de creencias, de parejas, porque cada cosa que pruebo me deja vacío, lo cual es un relejo directo de algo que está pasando en mi interior.
El desencanto de la civilización postmodernista, lleva a la humanidad a deconstruir toda la historia del pasado de tal manera que tu tienes que volverla a revisar, reinterpretarla, dar tu propia opinión, dejarla abierta para que cada cual la pueda interpretar a su manera. Hay una ausencia de absolutos y cuando esto entra en la iglesia, no lo hace de la misma manera ya que entra camuflajeado, entonces tenemos que comienzan a no haber muchas convicciones sobre las cuales nosotros nos vamos a fundamentar, porque tenemos que ser más abiertos, más flexibles y tolerantes y hay una tendencia cada vez menor a la predicación dogmática para pasar así al diálogo con las diferentes corrientes del oriente, de otras religiones para encontrar la verdad que ellos también tienen.
Éste es el espíritu de nuestros días, el espíritu de la ambigüedad, de la no convicción, de esto y de aquellos a la vez, de: “yo no estoy seguro, hay que dejárselo a Dios”. Y ciertamente hay muchas cosas de las cuales no estamos seguros y tenemos que dejárselas a Dios, pero hay muchas otras de las cuales estamos muy seguros porque Dios lo ha asegurado en Su Palabra.
Éstos son definitivamente los falsos maestros de hoy en día, los gnósticos de nuestros días. Éstos son los falsos maestros que yo tengo que probar de acuerdo a lo que el apóstol Juan nos dice en 1 Juan 4:1-6, es la verdad que yo tengo que discernir, la convicción que yo necesito desarrollar para todo el tiempo poder mantener una conducta apropiada con la revelación de Dios. El postmodernista no puede esclarecer las cosas porque él no tiene convicciones. Cuando el postmodernismo entra en la iglesia, ese cristiano comienza a perder sus convicciones en comparación con el cristiano de épocas pasadas. He allí el peligro de éste enemigo sutil y descarado.
En su ministerio terrenal, Cristo siempre separaba a los mansos de los cimarrones. No encontraremos ese espíritu en el postmodernismo, ya que es un espíritu de ambigüedad, de indefinición. Hoy en día habría muy pocos maestros del evangelio que se atreverán a escribir una carta como la que escribió el apóstol Juan, ya que si hay algo que caracteriza al movimiento postmodernista es la ausencia de dogmatismo en todas las áreas y es por eso que muchos prefieren no dar un veredicto en ninguna área y prefieren “esto” y “aquellos” a la vez.
La tendencia que veremos a partir de ahora es encontrar personas que tendrán dificultad en definir o decidir si son arminianos o calvinistas, ellos quieren ser “calvinianos”. Ni son católicos o evangélicos, porque solo Dios sabe.
Brian McLaren es el mayor exponente del postmodernismo. El título de su último libro es suficiente para darnos una idea completa de qué trata el postmodernismo y de lo que hemos comenzado a ver dentro de la iglesia y que seguirá afectando de forma creciente. Dice la Palabra que Dios tendrá que acortar los días por amos a los elegidos porque de lo contrario hasta ellos mismos serían confundidos. Sean ustedes mismos jueces de éste engaño con solo leer el título del libro de éste falso maestro:
“Una Ortodoxia Generosa: porque yo soy un cristiano misionero, evangélico, postmoderno/protestante, liberal/conservador, místico/poético, bíblico, carismático/contemplativo, calvinista/fundamentalista, anabaptista/anglicano, metodista, católico, encarnacional, deprimido, pero esperanzado, emergente, pero todavía no terminado”.
¿Cómo puedes ser liberal y conservador a la vez? A través del pensamiento postmoderno. No hay duda entonces por qué él está deprimido pero esperanzado.
(Notas de los sermones).
via Randolph Hulsmeier